mi indecisión aumenta por segundo,
sátira cínica de una inmóvil danza,
entre esperanzas amargas me hundo.
En silencios inundo tu recuerdo y ausencia,
con lagrimas cargadas de sal y selenio,
ahogando mi ansiedad y clemencia,
¿te espero o me marcho? ¿cual es el convenio?.
Anémonas, peces y fauna marina,
se alimentan lentamente de mi adrenalina,
ya no tolero mas solución salina,
ya no tolero otra solución divina.
Solo queda una roca latiente,
bombeando sangre y sal
quizá con un amor latente,
prefiero mis arterias de coral.

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