jueves, 27 de noviembre de 2014

Monólogo del alma errante.

Razonando mi sendero y mi guía,
Entré en un desierto de recuerdos y espejismos
Lejos de la antología de lo que es mi vida,
Deambulé entre caducos silogismos,

Una constelación a la deriva en el cosmos,
Anclada a un cuerpo, pobre alma errante,
Soñando y divagando bajo los viejos olmos,
Se va Ingrata escapista mi juventud flagrante.

Ávido de conocimiento y aventuras,

Corazón apasionado y vagabundo,
Déjame seguirte en tus locuras,
Saciando tus apetitos de mundo.

Vislumbré  el mar de ideas,
Más allá de mis decrépitos reflejos,
Nadé entre filosóficas mareas,

Me empapé de inmensos pensamientos,
Ardí en vividas pasiones ígneas,
Para ahogarme en el mar de los espejos.

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