La ciudad nos conoce mas de lo que solemos imaginar, la gente en sus propios universos suele colisionar y crear historias aparentemente intrascendentes a los ojos mas ordinarios, sin embargo para los ojos de la siempre despierta ciudad se vuelven tan únicos que no alcanzan palabras, versos, párrafos para vincular y enhebrar cada historia... cada universo.
La ciudad conoce nuestra intimidad,
absortos orbitando en nuestro eje,
entrelazando narrativas que la ciudad teje,
colisionando sin quererlo de verdad.
Cada una tan solitaria y vacía,
faltan palabras, textos, párrafos para repetir,
pero ella las ve las analiza dia con dia,
cuesta creer que a alguien le importe.
Ignorantes de nuestro acosador omnipresente,
solemos creer que no hay nada tan relevante,
que nuestro drama sin reflector alguno.
ahogados en el dolor del presente,
al final el verdadero guionista resulta ser uno,
si tan solo el actor fuera importante.
hedonistas esperamos que la vida comience,
los días corren pero nada acontece,
un preámbulo extensamente estético,
una crisis de pánico escénico.